Etiquetado principal para productos químicos peligrosos

Miles de productos químicos se utilizan en el comercio, el transporte y la industria que pueden representar una amenaza para las personas y el medio ambiente. Un etiquetado adecuado ayuda a que los usuarios sean conscientes de los riesgos y tomen las medidas adecuadas. Es esencial para crear un entorno de vida y de trabajo seguro.

Publicado: 18-01-2022

La base jurídica de la UE: el Reglamento CLP

El etiquetado de productos químicos peligrosos solo tiene sentido si se entiende y unifica de forma universal. En este sentido, se viene trabajando desde hace años a nivel internacional para crear un sistema universal de alerta e información de riesgos. La iniciativa más importante en este sentido fue el desarrollo del Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado (GHS) por parte de la ONU. Ya está en vigor en más de 60 países de todo el mundo y también fue adoptado por la Unión Europea en 2009. Las etiquetas previamente existentes para sustancias peligrosas fueron reemplazadas por otras nuevas en el Reglamento CLP, que ahora es un estándar en toda la UE. CLP significa "Clasificación, Etiquetado y Envasado". Este reglamento determina cómo deben clasificarse, etiquetarse y envasarse las sustancias químicas y sus mezclas. El documento contiene, entre otras cosas, clases y categorías de peligro, así como pautas para preparar etiquetas de productos y colocarlas en el empaque de la sustancia o mezcla química. El Reglamento CLP también regula el uso de nombres químicos alternativos para proteger la propiedad intelectual y el uso de listas de sustancias en el mercado.

Clasificación de sustancias químicas peligrosas

Un factor clave en el éxito del sistema GHS es la categorización consistente. Por lo tanto, en aras de la claridad, se han creado tres tipos de clases de peligro para los productos químicos y sus mezclas. Estos son:

  • Peligros físicos;
  • riesgos para la salud;
  • peligros ambientales.

Las etiquetas de los productos químicos peligrosos deben indicar claramente la clase de peligro. En la primera de las categorías antes mencionadas, pueden incluirse, por ejemplo, explosivos, gases inflamables, sustancias y mezclas autorreactivas o sustancias que provocan la corrosión de los metales. En la categoría de peligro para la salud, entre otros, se definen la toxicidad aguda, la corrosión cutánea, la irritación ocular o la mutagenicidad en células germinales. Una clase de riesgo separada es también la carcinogenicidad de los productos. Además, el Reglamento CLP identifica los productos químicos que suponen un riesgo para el medio acuático y la capa de ozono.

Principios de etiquetado

Según la normativa vigente, es responsabilidad del fabricante, importador o distribuidor etiquetar las sustancias peligrosas. Se debe crear una etiqueta que informe sobre los peligros antes de poner en circulación un producto determinado. Esta obligación se aplica tanto a las sustancias clasificadas por el SGA como a sus mezclas. La etiqueta de peligro de las sustancias químicas peligrosas debe, ante todo, ser legible. Los elementos de la etiqueta deben destacarse claramente del fondo y su tamaño y espaciado permiten una fácil lectura de esos elementos. La etiqueta debe redactarse en el idioma oficial del país en el que se comercializará el producto. El Reglamento CLP también especifica qué información debe incluirse en la etiqueta. Además de la redacción especializada relacionada con los peligros del producto químico, esto incluye los datos del proveedor, una indicación de la cantidad del producto e información complementaria.

Etiquetas de sustancias peligrosas: medios para proporcionar información

El Sistema Unificado de Clasificación de Peligros también especifica cómo se debe proporcionar la información a los usuarios. Éstos incluyen:

  • pictogramas de peligro , es decir, señales gráficas de advertencia;
  • palabras de advertencia, es decir, frases breves que describen el nivel de peligro;
  • declaraciones de peligro y de precaución.

Bajo el sistema CLP/GHS, se han creado nueve pictogramas en forma de rombos con un borde rojo. Cada uno tiene un símbolo fácilmente interpretable que mejora la legibilidad de la etiqueta y llama la atención del usuario. Esto se ve reforzado por una frase de una sola palabra igualmente clara. Dependiendo de la gravedad del riesgo, esto puede ser "peligro" o "precaución". Las etiquetas de sustancias químicas peligrosas también incluyen dos tipos de indicaciones de peligro y de precaución. La primera de ellas (frases H) describe la naturaleza y la gravedad del peligro y se abrevia como un código de cuatro lugares. Por ejemplo, el código H252 significa: “sustancia que se autocalienta en grandes cantidades; puede encenderse.” Las frases P indican precauciones recomendadas para reducir los riesgos asociados con un producto. Una vez más, las reglamentaciones proporcionan códigos de cuatro lugares que abordan la prevención, la respuesta, el almacenamiento y la eliminación de una sustancia química peligrosa. Todos los elementos anteriores forman una etiqueta legalmente exigida que cumple de manera óptima su función de advertencia. Esto ayuda a reducir la frecuencia de accidentes y desastres naturales. ¡A todos nos interesa asegurarnos de que las sustancias peligrosas estén correctamente etiquetadas!


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